Breve entendimiento de la música perdida en el tiempo
- Carlos Kamisaki Miñano
- 22 oct 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 nov 2018
La Música en la Edad Media
Uno de los períodos en que la música tuvo un protagonismo sustancial, fue la edad media, desarrollando una riqueza musical sin precedentes. Inicia en el año 476, con la caída del Imperio Romano de Occidente y finaliza con la caída del Imperio Romano de Oriente, en el año 1453. Esta época se divide en Alta Edad Media (s.V-X) y Baja Edad Media (s.X-XV).
Al no existir notación musical, a diferencia de muchas otras artes que han perdurado en el tiempo y con registros históricos, de la música en la edad media no se tiene una reproducción totalmente auténtica, ya que fue compartido por tradición oral, sujeta a la interpretación de cada generación. Lo que sí se ha podido comprobar es la herencia de los repertorios existentes hasta dicho período. Es así que se conoce que las principales influencias de la música medieval son de la cultura hebrea y la grecorromana. La primera utiliza melismas en la forma del canto, mientras que en la segunda hereda la teoría musical con su sistema modal y la valoración ética y educativa de la música expresada por Platón.

El Canto Gregoriano (s. VI) es una de las máximas expresiones de la época. Inspirados por el sentido religioso y litúrgico, este canto se basaba en los textos de culto de la Iglesia. Sus principales características son su carácter vocal, sin el empleo de instrumentos; el uso de voces masculinas, graves para los adultos y agudas para los niños; sin saltos abruptos, pasajes suaves entre nota y nota. Utilizaron el idioma oficial de la Iglesia Cristiana, el Latín. Con el esparcimiento del cristianismo las liturgias se diversificaron, generando que la Iglesia establezca a través de estos cantos, una liturgia cristiana unificada. El papa Gregorio I fue quien se encargó de la recopilación de los cantos que se luego se establecerían como obligatorias para las celebraciones religiosas, como las misas.
Por otro lado, en el siglo IX, la música profana era aquella que utilizaba el pueblo fuera de la Iglesia. A partir del siglo XII, los trovadores se convertirían en los poetas y compositores que deleitaban con temas de amor, la guerra y la naturaleza, empleando idiomas romances. En este caso sí se emplearon distintos instrumentos para acompañar sus cantos. Por otro lado, los juglares serían aquellos interpretes ambulantes que tocaban música y la acompañaban con un espectáculo de equilibristas, lanzadores de cuchillos, saltimbanquis, entre otros, con el propósito de conseguir dinero, comida o algún bien a cambio. Estos últimos podían interpretar temas obscenos, llenándose de críticos que los consideraban gente de mal vivir.
"Gracias al desarrollo de las culturas medievales se fueron formando las versiones modernas de los artefactos musicales, así como también se fundaron las bases de la teoría que seguimos empleando".
El desarrollo de la música fuera de los paradigmas de la religión, dieron paso al nacimiento de la polifonía (varias melodías independientes), a diferencia de la textura monódica, que solo permitía una linea melódica, interpretada por varias voces o instrumentos a la vez. Con ello se desarrollaron el El Ars Antiqua (s. XIII) y el Ars nova (s. XIV). La primera es una forma de composición que tiene como ejemplo el motete, una forma polifónica que consta de dos o tres voces que cantan un texto distinto cada una, además de hacerlo en ritmos diferentes. Respecto a la segunda, la polifonía brindará una serie de nuevas teoría musicales que brindarán más libertad de composición. En el Kyrie. Ave Desideri. In Partu Mirabilis de la Polifonía Medieval a Catalunya (S. XIII I XIV) [Antología Histórica de la Música Catalana] se puede apreciar a más detalle este recurso.
En cuanto a los instrumentos de la Edad Media, se pueden clasificar en cordófonos, vientos y percutivos. Entre ellos destacan el laúd, la fídula (prototipo del violín moderno), el arpa el rabel, el partespiel (una especie de gaita), la cornamusa, la flauta, la corneta, los címbalos, las tejoletas, etc.

Gracias al desarrollo de las culturas medievales no solo se fueron formando las versiones modernas de los artefactos musicales que conocemos hoy en día, sino que también fundaron las bases de la teoría que seguimos empleando a pesar de los pocos vestigios históricos en dicha materia.
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